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Las sartenes de hierro laminado son duraderas y excelentes para cocinar, pero requieren un mantenimiento especial para conservar sus propiedades y evitar la oxidación. Aquí te explicamos cómo cuidarla correctamente:

1. Limpieza adecuada después de cada uso

  • Una vez que la sartén se enfríe un poco, lávala con agua caliente.

  • Usá una esponja suave para eliminar los restos de comida. Si lo necesitás, podés usar una pequeña cantidad de detergente (aunque muchos prefieren evitarlo para no afectar el curado).

  • Evitá dejar restos de comida o agua estancada, ya que pueden generar óxido con el tiempo.

2. Secado inmediato y completo

  • Secá bien la sartén apenas la laves. Lo ideal es colocarla sobre una hornalla a fuego bajo unos minutos hasta que se evapore completamente toda la humedad.

  • Asegurate de que no quede ni una gota de agua antes de guardarla.

3. Almacenamiento en lugar seco

  • Guardá la sartén en un lugar seco y bien ventilado.

  • Si vas a apilar otras ollas o utensilios encima, colocá una servilleta de papel entre ellos para evitar rayones o acumulación de humedad.

4. Cuidados especiales después de cocinar alimentos ácidos

  • Si cocinaste con ingredientes ácidos como tomate, vinagre o limón, es recomendable hacerle un curado rápido después:

    • Aplicá una capa muy fina de aceite vegetal (como girasol o maíz) sobre toda la superficie de cocción.

    • Llevá la sartén al fuego medio hasta que comience a humear ligeramente. Esto ayuda a mantener el “curado” que protege el hierro y evita que se oxide.


 

Con estos simples pasos, tu sartén de hierro no solo se mantendrá en excelente estado, sino que con el tiempo desarrollará una superficie antiadherente natural que mejora con cada uso.