Limpieza previa: Pasá papel de cocina por toda la superficie de la plancheta para retirar cualquier residuo de fábrica o polvo.
Primer calentamiento: Colocá la planchetta sobre las hornallas y calentá a fuego fuerte durante 10 minutos.
Enfriado controlado: Apagá el fuego y dejá que se enfríe parcialmente. No la muevas hasta que baje un poco la temperatura.
Seguridad ante todo: Una vez tibia, retirala del fuego y apoyala sobre una superficie segura y resistente al calor.
Engrasado inicial: Colocá unas gotas de aceite (puede ser vegetal o de girasol) y esparcilo con papel absorbente por toda la superficie.
Sellado final: Volvé a colocar la plancheta al fuego, calentá unos segundos y pasá nuevamente el papel con aceite para sellar bien la superficie.